Entrevistas 20/07/2021 - hace 3 años

La virtualidad exigió revisar cómo genero confianza y aceptación

¿Cuál es tu mirada de esta competencia de generación de contexto de confianza y aceptación a 6 años de la presentación del libro de las 7CCOP?

Si no hubiese pasado todo lo que pasó con la pandemia, la respuesta podría ser bien diferente. Cuando me tocó escribir sobre la competencia 2, trabajé junto a Alicia Bilucaglia y donde estuve en todos los pasos de la construcción de las competencias y después del desarrollo del libro. Cuando me hice cargo de esta competencia de la “creación de contexto y aceptación” es muy interesante porque el coach en una conversación desde ahí empieza, cuando abre la puerta físicamente para que entre el coachee. Era la conversación de ese momento. Era como una competencia simple, que podría ser tomada hasta trivial, porque cualquier coach preparaba el contexto, un vaso de agua, unas sillas y ya estaba.

Después fue todo un desafío escribir sobre esa competencia, porque era tan obvia, que había que sacarla de la obviedad para empezar a tomar conciencia respecto de la importancia de la creación de contexto para generar confianza. Nos dimos cuenta que implicaba varias cuestiones como el horario de llegada, de terminación de la sesión y la confidencialidad, lo que iba a generar la confianza.

Después de la pandemia lo que nos reveló fue poner en valor la importancia de la creación de contexto. Se empezó a complicar cuando teníamos que tener el Zoom de por medio. La creación de contexto para generar confianza a través de un Zoom, ya no es lo mismo.

¿Qué es lo que fue sucediendo en las nuevas miradas?

Entonces esta competencia que parecía la más simple cuando la escribimos en el 2015, hoy es fundamental volver a revisarla, necesitamos mirarla mucho más ahora. En detalles muy simples. Me quiero preparar ahora para tener esta conversación. Hoy tenemos que mirarla al revés. Cuáles son las habilidades que tiene que tener el coach y cómo las ajustamos a la virtualidad. Hoy si hablamos de confidencialidad tenemos que revisar algunos aspectos. Hoy puedo tener una conversación con un coachee y no veo si hay otras personas alrededor que pueda asegurarme que esto es confidencial.

En este plano, ¿cuál es el papel que juega la confidencialidad?

En relación al papel que juega la confidencialidad y observando que se muestran conversaciones que, aun con la autorización del coachee se exhiben en distintos ámbitos. Considero que no esté mal realizar una grabación para alguien que se está formando y su conversación debe ser supervisada. El problema es cuando esto no está acompañado por la coherencia y la ética profesional. Si por ejemplo a esa grabación la subo a una red social, ahí la confidencialidad se pierde por más que tenga la autorización del coachee. Cómo va a asegurar el cliente que esa conversación es subida a las redes y no se entera.

Otro aspecto relevante es ver cuando en una sesión virtual entran sin cámara, como sé que ese señor va a guardar confidencialidad si no puedo verle la cara.

Por esto, esta competencia requiere de mucho más observación, más cuidado, más respeto, mucho más trabajo colectivo para la creación y la construcción porque lo que se haga con una grabación va a afectar la imagen pública como coach.

En contexto de presencialidad pasado estos 6 años ¿hay algunos cambios que adviertas?

Lo que mirábamos antes era que al trabajar con un gerente, el escritorio no nos quedara de por medio, que la persona no saliera de su oficina, que el teléfono no lo interrumpiera, que pudiéramos sentarnos uno frente al otro en una distancia simétrica, mirábamos la distancia óptima. Hoy son temas que empezamos a revisar con la distancia social.

Cuando llegué a Estados Unidos que ellos sí son los “reyes de la distancia”, es como natural que difícilmente se den besos, abrazos. Allá sí tenemos la costumbre de abrazarnos, sentarnos cerquita, tocarnos las rodillas. Hoy también tenemos que trabajar en distancia social y que es importante. Volviendo a la virtualidad, pantalla de por medio, seguramente estamos más cerca que si estuviéramos presencial.

¿Cómo juega la credibilidad para generar contexto de confianza?

Cuando hablamos de credibilidad y vemos en las redes conversaciones donde no se cuidó la confidencialidad y las ve cualquiera, dudamos si el coach fue una persona creíble, salvo que sean actuadas. De ser así (actuadas), también dudaría del profesional del coaching que actúa una conversación y después la pone en redes sociales.

Si hablamos de competencias nuevas, muchos de nosotros todavía necesitamos aprender de virtualidad. Si tenemos una conversación debemos tener auriculares especiales para que el coachee de nuestro lado no sea escuchado. Eso cuando no lo vemos, o no lo hacemos, tiene que ver con la falta de competencia.

Dentro de los pilares de la confianza, ¿cuál es el valor atribuido a la sinceridad?

Cuando no soy sincera como profesional del coaching con el coachee, se da cuenta y es ahí donde se revela una manera de ser profesional que a la vez representa a muchos otros coaches y afecta a toda la profesión. Hace muchos años que venimos trabajando para ser reconocidos profesionalmente, donde hemos alcanzado una popularidad interesante y lo que nos está faltando ahora, es alcanzar profesionalismo que se construye con credibilidad, sinceridad y competencia. Pero para lograr todo eso exige que nos involucremos. Si yo veo una conversación de coaching en una red social, tengo que hablar con el coach y decirle que la baje. Si veo que un coach está cobrando dos conversaciones por una, tengo que hablar con él para ver qué le pasa  que no está pudiendo cobrar dos conversaciones por dos conversaciones. Necesitamos seguir trabajando para ver qué manera estamos siendo que genera confianza e imagen pública.

¿Qué nuevas miradas podemos encontrar respecto de los comportamientos observables?

Respecto de los comportamientos observables es cuando por ejemplo hablamos de que el coach “acuerda con el coachee el lugar de encuentro”. Como ahora no es físico y es virtual, pareciera que de eso no hay que hablar. Y sí hay que hablar porque por ejemplo decirle al coachee que también en la virtualidad tiene que estar en un lugar tranquilo, que no tiene que ser interrumpido, que nadie vaya a cruzarse. Hoy están todos en una casa compartiendo con mucha gente y a veces es difícil contar con una habitación donde se pueda tener una conversación de coaching. Todavía veo coaches (antes de la pandemia) teniendo conversaciones de coaching en un bar. No obstante, he visto cómo algunos coaches negocian el espacio de conversación. Vamos a tu oficina y es el peor lugar. No podemos ubicar las dos sillas enfrentadas, el teléfono va a sonar, alguien va a golpear la puerta. En algunos casos donde las oficinas son vidriadas es difícil hacerle hacer un ejercicio corporal: respirá y abrí los brazos y toda la gente mirando a través del vidrio. En este sentido, en el contrato con mis clientes pongo por escrito cuáles son las condiciones que tiene que tener el lugar para el encuentro. He encontrado resistencias porque el coachee no quiere moverse de su zona de confort y menos de entrada cuando no te conoce. Cuando le empezás a mostrar la necesidad comprenden la importancia de tomar estos recaudos.

Respecto de otros de los observables como la sustentabilidad, digo que si como profesional planteo un acuerdo que es una parte de la gestión de los acuerdos lingüísticos, las dos partes estamos alienados con ese acuerdo y no logro como coach sostener ese resultado ¿vos creés que el coachee va a creer que va a lograr el resultado que se plantea, si yo no soy capaz como coach de cumplir con los míos?

Me llama la atención que coaches ontológicos todavía andan diciendo que no pueden vivir del coaching ontológico. El profesional que trabaja para el logro de resultados pero no logra sus propios resultados, hay algo que no está revisando de sí mismo. No digo que pueda tener todos los resultados, sí me tengo que hacer cargo de los no resultados. Tampoco no podemos tener excusas de los no resultados.

¿Cómo avisorás las competencias en el presente?

En el 2015 las 7 CCOP se presentaron y todavía no las habíamos ejercido. Después de haberlas planteado y las empezamos a ejercer, creo que hemos ganado mucho para volver a revisar, pero de una manera consciente. La competencia 2 es la que más requiere de transformación, cuidado, observación y de construcción para el coach en los últimos años.

La virtualidad vino para quedarse y como profesionales del coaching vamos a tener que ser mucho más responsables con el uso que le damos, en el marco de la confidencialidad, credibilidad y de la ética profesional. Creo que la creación de contexto de confianza y aceptación, es la competencia más relevante para que el proceso de la conversación se dé.

¿Qué se ha ganado y qué se ha perdido con la virtualidad?

Creo que no se ha perdido nada, se ha ganado mucho y estamos en riesgo de perder si no atendemos pronto. No es una cuestión de saber usar el Zoom, sino estar atentos a ciertos detalles que hacen que quien está del otro lado de la pantalla logre confiar en nosotros.

Estuve en las dos presentaciones tanto Héctor (Chaskielberg) como de Martín (Cainzos) había más de 200 personas y me llamó la atención que la mitad tenía la cámara apagada. Somos coaches y estas cosas no nos las decimos. Si no podés estar al 100 % en el encuentro, ¡no estés! Podemos decir que no y nadie nos puede obligar a estar, es preferible no estar y ser cuidadosos de nuestra profesión porque de verdad no sé quién está detrás de esa cámara. Esto tiene que ver con la coherencia ontológica de nuestro ser coach profesional.

¿Cuál es tu invitación para encontrarnos el próximo 26 de julio?

La invitación es a conversar, reflexionar, profundizar acerca de una competencia que hace una gran diferencia entre una charla y una conversación de coaching profesional.


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